viernes, 9 de mayo de 2008

La Nanotecnología, ¿monstruo o panacea?

Son múltiples los comentarios que se oyen en relación con los posibles efectos, tanto positivos como negativos, sobre el medio ambiente de trabajar a nanoescala. Éstos podrían hacer pensar que el principal perjudicado (más que beneficiado) de tal revolución será aquello que gente como yo queremos preservar a toda costa, el medio. Pero, según unos científicos que investigan la nanotecnología medioambiental, hemos de ser optimistas con el futuro que se avecina dejar a la ciencia actuar (tampoco nos queda otra).

Se han alzado muchas voces pidiendo la realización de estudios ecotoxicológicos paralelos a la investigación nanotecnológica, pues los efectos de las nanopartículas sobre la salud humana y el medio ambienteson siembran incertidumbre. Los posibles riesgos guardan relación con: el potencial de dispersión y exposición; el aumento de la probabilidad de reactividad química; las partículas podrían ser portadoras de contaminantes y, así, permitir una difusión rápida y extensa; y lo complicado de recuperar materiales al final de su vida útil.

Gracias al positivismo de los científicos que trabajan en el campo de la nanotecnología medioambiental y, como no, a sus descubrimientos, nos hemos hecho a la idea de que no tiene por qué ser siempre perjudicial, como lo demuestran diversos estudios que han demostrado que las nanotecnologías se pueden emplear no sólo para hacer un seguimiento de la contaminación y prevenirla, sino también para limpiar contaminantes que ya estén en el medio ambiente.

Las autoridades políticas prestan cada vez más atención a cómo recortar las emisiones y proteger el medio ambiente y ven en las aplicaciones nanotecnológicas un filón demagógico, por el momento, más que una realidad que pudiera solventar el advenimiento del cambio climático.

Conscientes del potencial de las tecnologías medioambientales, los grandes bloques mundiales (EE.UU., Japón y la Unión Europea) ya dedican, unos más que otros, partidas de gasto a ellas. Y digo esto puesto que la financiación de este campo (el de la nanotecnología medioambiental) es algo insuficiente en Europa si la comparamos con la de EE.UU. En el antiguo continente nos hemos centrado más en aplicaciones para la salud y en los riesgos de las nanopartículas, en comparación con Norteamérica.

Un ejemplo que pudieramos poner sobre la financiación en Europa es el Sexto Programa Marco, el cual ha financiado varios proyectos en este campo.

A pesar de todo, en Europa se han logrado algunos avances revolucionarios. Por ejemplo, una empresa del Reino Unido está incorporando nanopartículas a pinturas para que sean autolavables y capaces de eliminar partículas contaminantes de la atmósfera. La ecopintura está diseñada para reducir los niveles de óxidos de nitrógeno, que causan problemas respiratorios y contaminación urbana.

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